¿Asistiré? ¿Tal Vez? ¿No? Facebook y la construcción del acontecimiento

Un intelectual conocido afirma en Facebook que va a asistir a una conferencia. No importa su nombre: lo llamaremos Dr. X. El evento se lleva a cabo, pero él no asiste. El colega que organiza la conferencia, Dr. Z, lo advierte, pero no se molesta. Al contrario, se siente agradecido. Cuando Dr. X organiza un evento (una mesa redonda), Dr. Z comunica en Facebook que asistirá. Tampoco lo hace, pero Dr. X tampoco se siente molesto, sino agradecido.

La gran mayoría de los amigos de ambos en Facebook ignoran lo ocurrido. Creen que los dos asistieron a esos respectivos eventos. Quizás alguno desconfíe, pero tampoco dice nada. No pregunta, no interroga, no intenta confirmar. ¿Será porque no se pone a prueba públicamente a los amigos?

Se ha hablado mucho de la publicación de nuestra privacidad e intimidad en las redes sociales. Del fin del decoro y la discreción, de la exhibición pública de nuestros gustos y preferencias. Pero se habla menos de estos sucesos. Y sin embargo, episodios de este tipo son cotidianos en Facebook.

¿Por qué se focaliza menos esta dimensión? Creo que una de las cosas que suceden es que estamos acostumbrados a analizar los medios, pero nos cuesta asumir la posición de analistas de nosotros mismos, ahora que nos hemos convertido, en cierta forma, en medios de comunicación.

Como toda puesta en juego de vínculos interpersonales, en este caso mediatizados, las operaciones de estos intelectuales en Facebook ponen en juego problemas morales. ¿Hicieron bien Dr. X y Dr. Z? En un cierto nivel, desde el punto de vista de los vínculos interpersonales, probablemente sí: han expresado una forma de amistad. A los amigos se los apoya.

Desde el punto de vista de una teoría de la mediatización, es decir, si consideramos la intervención mediática y pública de ambos profesionales, probablemente no: al construir esos acontecimientos y no comunicar luego que finalmente no asistieron no dijeron toda la verdad. Como muchas veces lo hacen los medios y por eso son mismo condenados.

Pero aún hay otra pregunta mejor a considerar: ¿Creen realmente los demás (los “amigos” de ambos) que los sujetos hacen en sus vidas lo que anuncian en Facebook? ¿O simplemente piensan que el hecho de que, por ejemplo, alguien anuncie que va a asistir a un acontecimiento, no implica necesariamente que lo haga? Es decir, ¿piensan que comportarse de ese modo está mal o que, más bien, es tan sólo una forma mediática de apoyo?

Creo que la mediatización de la vida social a que nos someten las redes es tan rápida, que aún no sabemos muy bien qué pensar sobre estas operaciones (quizás sea un modo mucho mejor de llamar estas acciones que considerarlas comportamientos).

Hasta ahora, no vi a nadie en Facebook denunciar a otro porque no asistió a un evento. Hasta que no nos convertimos, cada uno, en verdaderos medios de comunicación, tampoco sucedían frecuentemente estas cosas. En la vida social muchas veces alguien dice que ha hecho algo que no hizo; pero hoy, que hay que páginas personales que tienen miles de seguidores, estos acontecimientos parecen haber cambiado de estatuto.

Complejas situaciones que enfrentamos desde que hemos empezado a vivir una vida fuertemente mediatizada y que cada uno debe resolver día a día.

Mario Carlón
Profesor Adjunto de Semiótica de los Medios I en la Carrera de Ciencias de la Comunicación de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA)
Investigador del Instituto Gino Germani, donde dirige actualmente el Proyecto Ubacyt S417 «Mundo del Arte/Mundo de la Información».

4 pensamientos en “¿Asistiré? ¿Tal Vez? ¿No? Facebook y la construcción del acontecimiento

  1. Creo que en este caso no pasa por una verdad o no. No se trata de eso. Ni siquiera sé si es un valor que se tome en cuenta en este caso. Es más bien el apoyo que se le da al «amigo» lo que cuenta, es literalmente la construcción del acontecimiento. El que se esté comunicando, que haya un dispositivo, que sea masivo, no le da el mismo status que a los medios periodísticos/académicos – ¿a ellos te referís cuando hablás de condena por falsedad? -. Ese apoyo, Juancito asistirá al evento X, sólo sirve para promocionar el evento. Ésa entiendo que es en realidad su función. No se trata tampoco de público/privado. Sí, hay una persona que dice que va a hacer algo, todos nos vamos a enterar de eso, pero sobre todo, nos vamos a enterar del evento, y realmente no nos importa quién hizo qué. A lo sumo veremos las fotos en las que fue etiquetado y nos reiremos un rato. Juancito haya ido o no, hizo que el evento empezara a circular. Que diga que va a asistir al evento no implica un compromiso real, eso lo dejamos para el «cara a cara» todavía.

  2. Es justamente la pregunta que nadie se hace, o bien que se hacen todos a medias. La vida on-line nos transporta y nos provee situaciones extra materiales (concretas), y éstas, interconectadas con las situaciones mediáticas en general arman una suerte de mundo paralelo, es interesante el desarrollo de las redes sociales en la actualidad y aún más interesante es la forma que tomarán en un futuro las mismas o su la manera en que se transformarán. Son espacios donde los discursos se retroalimentan de forma constante. Nunca mayor certeza en su teoría tendría Verón que aquí, donde las instancias de producción-circulación-consumo se ponen de manifiesto de manera que resulte especialmente difícil distinguirlas y analizarlas.
    Soy estudiante de Comunicación y me pareció muy interesante el tema tratado por Mario Carlón, además de llamarme la atención varios de los artículos en este blog publicados.
    Excelente historia, Dr. Z y Dr. X.
    Saludos,
    Julieta.

  3. Me interesa mucho la sutileza. Y en estos tiempos, que alguien se detenga a observar situaciones sutiles, lo agradezco. Creo que no debe ser ajeno a esa observación sutil, que Mario Carlón investigue también en relación al arte. Creo, como psicoanalista con ya varios años de experiencia, que en los detalles esta mucho del mundo de una persona y es esa lectura, justamente, la que impide que nos perdamos en un mar de palabras…El artículo de Mario Carlón me parece valioso. Solo agregaría -aludiendo al título del artículo- que «acontecimiento» es un concepto muy bellamente trabajado por el filósofo Deleuze, y que sería muy interesante seguir por alli, ya que continúa la reflexión sutil del autor…Ojalá a alguno de ustedes le interese leer a Deleuze si es que no lo han hecho.

    Saludos

  4. Decir que asistiremos a una presentación de libro, a un concierto o a un funeral es empeñar la palabra. Si lo hacemos a través de una plataforma masiva es, además, un compromiso adquirido ante miles de potenciales testigos. No encuentro éticamente menos reprobable faltar a la palabra vía Facebook que por otros medios, como el correo tradicional o la palabra oral. Lo que Facebook ha habierto para nosotros es toda una gama de nuevas ventanas para la simulación, la abiguedad y la superficialidad, la falta de compromiso y la inacción.

    Apuesto que nadie había recibido tantas felicitaciones de cumpleaños ante que existiera Facebook como a través de esta plataforma. Escribir en el muro de un amigo de segunda un «feliz cumpleaños» es una manera sencilla de desembarazarse de la fobia al teléfono que muchos padecemos. ¿Y qué se puede decir del «me gusta»? Ni siquiera hay que expresar una opinión real, fundamentada y analítica sobre un tema, suceso, objeto o idea: basta «oprimir» el botón de Like y habremos cumplido con lo que se esperaba de nosotros. Así, una plataforma que podría servir para enriquecer la cultura, el pensamiento y los lazos interpersonales se convierte en un maravilloso recurso de evasión.

    Las causas son el tercer bello ejemplo que acude a mí tras leer este post: ahora todos somos activistas. Todos estamos inscritos en múltiples causas sociales y culturales, políticas y económicas. Todos «ayudamos» porque queremos un mundo mejor. ¿Cómo ayudamos? Enviando nuestra firma de manera remota a quién sabe quién, casi siempre sin saber qué intereses yacen detrás de la solicitud de apoyo a una causa, y menos aún qué consecuencias habrá para el movimiento si decidimos apoyarlo o no hacerlo.

    El de Facebook es un mundo de simulación. Pocos se comprometen. Pocos asisten a lo que dicen que asistirán. Nuestra palabra vale cada vez menos en Facebook y cada vez menos intentamos comunicarnos por otros medios.

    Pero, al mismo tiempo, la herramienta se puede utilizar para enlazarnos, para conocernos mejor y para estar al tanto. Quienes procuramos hacer cultura por medios digitales, discutiendo, polemizando, aportando ideas y debatiendo con fundamentos creemos que el mundo puede beneficiarse de la tecnología casi tanto como enlodarse, y procuramos encumbrarnos.

    Yo asisto a lo que digo que asistiré. Discuto si alguien objeta o pide mi opinión. Y pongo «me gusta» a lo que verdaderamente me gusta y no requiere de un comentario adicional. No pretendo que eso me convierta en un ser moralmente superior, pero admito que me sentiría más cómodo en un mundo en que la gente se comportara un poco más parecido a mí que a los doctores X y Z.

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