El lugar de la hermenéutica en la cultura digital

Quisiera sugerir la idea de una hermenéutica conectada con la técnica digital y relacionada con la teoría de sistemas desarrollada por el  sociólogo Niklas Luhmann (1987) y la cibernética de segundo orden. Esta  perspectiva implica un cambio de acentuación o una tensión que se da en el pasaje del /logos/ hablado y escrito al número o /arithmos/ digital o, en otras palabras, en el pasaje del lenguaje natural y sus procesos de interpretación a la programación computacional y a la conjunción que ella opera con dichos procesos lingüísticos pero también con otros procesos naturales y/o artificiales parcialmene independientes del ámbito del /logos/ humano (Capurro 2001). Esta conección significa en primer lugar un cuestionamiento de la posición anti-tecnológica de la hermenéutica filosófica así como también de la ambición universal de interpretación como algo basado únicamente en el lenguaje humano y centrado en el sujeto cognoscente. Por otro lado, los sistemas técnicos digitales tampoco constituyen el único horizonte desde el cual pueda interpretarse la esencia de la realidad o el sentido del ser. Con esto cuestiono tanto un humanismo anti-tecnológico como una metafísfica digital pero sostengo que vivimos en una época en la que el sentido del ser es interpretado en forma generalizada en el horizonte digital tanto en la ciencias como en la vida diaria como un “Zeitgeist” o /koiné/ de las sociedades post-industriales. Llamo a esta interpretación del ser / ontologia digital / (Capurro 2006, 2001). Desde esta perspectiva cuestiono lo que se podría llamar un humanismo digital, es decir el centrar o limitar la interpretación y la aplicación de la técnica digital al ámbito humano. La razón es que la técnica digital permite una desubjetivación de los procesos de comprensión humanos y la aplicación de programas de interpretación y acción fuera del ámbito semántico y pragmático humano, aunque no necesariamente opuestos al mismo. Esto implica una deshumanización de la hermenéutica por ejemplo en el sentido de que los procesos biológicos son entendidos como procesos de interacción y comunicación en base a códigos genéticos con la posibilidad de manipularlos y hibridizarlos en base a técnicas digitales incluyendo la posibilidad de /mejorar/ capacidades humanas dando lugar a lo que se suele llamar el transhumanismo.

La hermenéutica observa cómo el código digital es interpretado e implementado en las sociedades globalizadas del siglo XXI. Sus temas abarcan desde los procesos de la red digital a nivel social hasta los sistemas de comprensión autónomos (robótica) pasando por los sistemas híbridos biológicos (biónica) y la manipulación (digital) de la materia a nivel nano (nanotecnología). Este amplio espectro de problemas de interpretación y producción de sentido en el horizonte de las técnicas avanzadas del siglo XXI tiene como foco social el estudio de los sistemas de interpretación social en lo que actualmente se llama la Web 2.0. En este sentido se puede decir que el /círculo hermenéutico/ como metáfora fundamental de la herméutica filosófica se transforma en lo que podemos llamar la /red hermenéutica/. Esto implica también un cambio de otra categoría central de la hermenéutica filosófica, la de “fusión de horizontes” (Gadamer 1975, 284).

En el caso de la hermenéutica digital no se trata de una “fusión” sino de un /entrelazamiento/ de nodos que constituyen el tejido tanto de la red digital misma como de su hibridización con el “mundo de la vida” (“Lebenswelt”) con sus estructuras y sistemas sociales, culturales, religiosos, económicos y políticos así como con los procesos naturales. Esto implica no un reemplazar pero sí un desplazar los temas de la historicidad de la existencia humana y del lenguaje natural por los de la comunicación basada en el código digital y la artificialidad digital como tópicos centrales de la hermenéutica en el siglo XXI. El mismo carácter existencial de comprender («Verstehen ») en el sentido de un proyectar(se) del ser humano ha de ser visto en este amplio marco de lo digital hibridizado con los proyectos humanos, en especial con sus productos artificiales pero también con la naturaleza y las posibilidades también híbridas que entran en juego. Retomando una famosa frase de Martin Heidegger en “Ser y tiempo” cuando hace referencia a que el conocimiento humano se encuentra en un círculo no vicioso con respecto al cual no se trata de buscar una salida sino de entrar en él “de forma adecuada” (“nach der rechten Weise”) (Heidegger 1976, 153) podemos decir que en el siglo XXI las sociedades buscan una entrada /adecuada / a la red digital. En otras palabras, el código digital es actualmente una pre-comprensión (“Vorverständnis”) óntica de los procesos de interpretación (“Auslegung”) y construcción, almacenamiento y transmisión de sentido de las sociedades advenientes.

En un mundo digitalmente globalizado con sociedades estructuradas en base a sistemas que interactúan sin tener un meta-sistema fijo y único al cual puedan referirse tanto en su búsqueda de criterios de verdad como de legitimación ética y política, el tema de las tensiones, maltenentendidos, conflictos, oposiciones, conjuciones, ambiciones, intereses e ilusiones con relación a los procesos comprensión de sentido a nivel global y local deviene un punto clave sobre todo si se lo ve en el horizonte de los procesos técnicos acelerados y socialmente generalizados que comenzaron con la popularización de la Internet a fines del siglo pasado y se expansión en base a las técnicas móbiles de comunicación. Pero el impacto de la computación digital va más allá de un sistema global de comunicación, pues implica una perspectiva metodológica que hace por ejemplo de la biología genética una técnica de transformación de los seres vivientes, de la física atómica una técnica de transformación de la base material de la realidad a nivel nano, de la investigación de los procesos síquicos y de su base orgánica una manipulación de los mismos en base a implantes y técnicas de perfeccionamiento y/o ampliación (“enhancement”) de los mismos. En otras palabras, el así llamado cuarteto mágico /bio-nano-info-cogno/ tiene su base en una hermenéutica filosófica digital implícita que no sólo comprende sino también construye dichos procesos y fenómenos valiéndose de la técnica digital.

Mientras la hermenéutica filólogica estaba ocupada en comprender la verdad de un texto en base a criterios que aseguraran la objetividad de su interpretación, la hermenéutica filosófica descubre que siendo la comprensión una dimensión ontológica del intérprete, este no puede menos que incluírse en dicho proceso lo cual puede entenderse superficialmente como una visión subjetivista y relativista del conocimiento siendo así que se trata de un proceso de autoobjetivación y construcción social e histórica del sujeto así como también, paradójicamente, de una desubjetivización fundamental del mismo. La hermenéutica digital radicaliza este proceso de autocomprensión y autoconstrucción incluyendo los procesos biológicos que vienen siendo entendidos como procesos de comunicación de mensajes que pueden ser modificados artificialmente.

Es entonces plausible que la técnica de las redes digitales que mediatiza en forma similar pero no idéntica a otros medios como el diálogo oral, la escritura y en particular la imprenta, así como las técnicas visuales y del sonido desarrolladas en los últimos dos siglos, se vuelva un asunto hermenéutico clave, en “lo hermenéutico” (G. Figal), ya que en dicha técnica confluyen los distintos medios en un código que permite transformarlos y globalizarlos. Frente a este horizonte contemporáneo la hermenéutica no sólo experimenta un desafío a nivel de los procesos de comprensión y construcción de sentido en base al código digital sino que se ve confrontada más fundamentalmente con la cuestión misma de una sociedad que concibe cada vez más ampliamente dicha transformación como algo obvio dándole un nombre que se ha vuelto un slogan, el de sociedad de la información, al cual se añade a menudo el
término ‘y del conocimiento’ mostrando una vez más la importancia que tiene la comprensión y la construcción social de sentido. Este giro digital no significa algo extraño a la hermenéutica la cual se autocomprende desde sus inicios como un cuestionamiento de lo que es aparentemente claro así como también de lo que se resiste a la comprensión inmediata. El punto de partida hermenéutico es tanto el cuestionamiento de una aparente obviedad y el subsiguiente no-comprender. A menudo dicho no-comprender se oculta bajo un aparente comprender que hace aparecer como obvias las cuestiones de fondo y en especial la pregunta por el intérprete mismo. ¿Quiénes somos, como sociedad local y mundial, en la época de la comunicación digitalizada y globalizada? No se trata aquí de un problema de comprensión objetiva de un texto o de un fenómeno exterior al intérprete, sino de la autocomprensión del sujeto mismo, o, por así decirlo, de su “veri-ficación” en el sentido de los medios y procesos que permiten al sujeto construir su verdad histórica y social, los cuales están en nuestra época marcados por las técnicas digitales. El sujeto hermenéutico se autoverifica y autoconstruye así como sujeto digital, es decir como condicionado o compartido por lo digital sin hacerse necesariamente un esclavo de este horizonte ontológico.

Este es un punto en el que la hermenéutica digital y la cibernética de segundo orden confluyen y toman conciencia de los procesos de diferenciación social tematizados por la teoría de sistemas. Mientras que en las sociedades del siglo pasado los medios de masa pudieron dar la impresión de constituir una especie de meta-observador que garantizara como cuarta fuerza política, sumada a los poderes legislativo, ejecutivo y judicial, un intercambio abierto de información entre el poder político y la sociedad civil, dicha visión se vuelve cada vez más problemática si se observa la mutua dependencia de dichos sistemas y el carácter unidireccional y jerárquico de los medios de masa. Con el advenimiento de la Internet como técnica de comunicación interactiva (de uno a muchos, de muchos a uno, de muchos a muchos etc.) que transforma a todo receptor en un emisor potencial se produce un cambio básico en la estructura de los medios de comunicación individual como algo opuesto a los medios de masas tanto a nivel local como global. La Internet comienza como una esfera aparentemente autónoma de la cual toman parte inicialmente sólo una minoría de sujetos, pero se expande rápidamente y se diferencia en diversos sistemas técnicos, entre los cuales el World Wide Web es el más popular, y en una plétora de comunidades reticulares que se vuelven parte de la vida material de tanto avanzadas como tambien menos avanzadas del siglo XXI. La señal más clara de esta inserción es el teléfono celular cuya denominación como teléfono es sólo una reminiscencia de sus antepasados.

Vista desde este horizonte la hermenéutica experimenta un cambio no sólo con respecto a sus objetos sino también a sus medios. Mientras que la  hermenéutica de textos se diferenciaba de acuerdo a diversas disciplinas tales como los textos bíblicos o la interpretación de textos jurídicos, y la hermenéutica filosófica se aplicaba al ser mismo del intérprete, la hermenéutica digital se define en el cruce del intérprete con los programas digitales y su hibridación con procesos naturales y productos artificiales. Una hermenéutica así diferenciada por /un/ medio se relaciona desde su misma autodefinición con los problemas que surgen en otros medios. Un ejemplo clásico es la crítica platónica a la escritura o su contrapartida en la crítica derridiana del logocentrismo. Aquí aplica la hermenéutica uno de sus temas favoritos, el de la relación entre las partes y el todo, siendo consciente que la visión totalizante desde un medio es un espejismo que debe ser corregido desde otros medios. La relación entre dicha precomprensión mediática y la aplicación práctica es un tema clave de la hermenéutica filosófica. Gadamer no se
cansa de indicar que la tarea hermenéutica tiene una dimensión ética fundamental ya que es en base a ella que se constituye un “sentido común” que permite la estabilidad social y la creación de instituciones es decir lo que Hegel llama el espíritu objetivo (“der objektive Geist”) o la esfera donde la dimensión abierta que Heidegger llama “Dasein” se objetiviza generando si bien no /la/ historia, sí historias de entrecruces que pierden así su carácter puramente fortuito o fáctico para devenir fomas de existencia o “Lebensformen” (L. Wittgenstein).

La hermenéutica se inscribe así en el proceso de objetivación de sentido que surge en el momento en que una comunidad humana es capaz de expresarse a nivel simbólico-digital. Los medios de objetivación de sentido, como a escritura, la imprenta y la computadora, posibilitan un alcance cada vez más universal de autoreflexión de los sistemas sociales. Pero si bien todo medio tiene en principio un alcance universal en tanto que lo allí expresado puede ser trasmitido a través de generaciones ya sea por procesos de reproducción oral o por diversas estructuras e instituciones de la memoria social, es especialmente la red digital mundial la que permite la representación del complejo de sociedades que se comunican en forma interactiva y en tiempo real, la cual, por cierto, puede transformarse también en un espejismo de carácter totalitario como sería la representación de una emisora mundial que tuviera a la humanidad como receptor actual y permanente. La hermenéutica digital cuestiona lo que Derrida llamaría la metafísica de la presencia digital.

Rafael Capurro
Doctor en Filosofía.
Profesor de Ciencia de la información y de Ética de la información en la Universidad de los Medios de Stuttgart.
Fundador y Director del International Center for Information Ethics (ICIE)

Publicado con permiso del autor. El texto completo puede leerse en el sitio donde fue originalmente publicada la conferencia: http://www.capurro.de/hermeneutica_porto.html

5 pensamientos en “El lugar de la hermenéutica en la cultura digital

  1. Queria felicitar a la UBA por este blog y los contenidos que son muy interesantes y se aprende mucho de temas que son realmente importantes. Cada vez que entro me encuentro con algo nuevo para leer. Gracias!

  2. Es muy interesante lo que el Profesor Capurro expresa en este artículo. Me parece que la hermenéutica está inserta, entramada, dentro de un contexto socio cultural y sujeta a diferentes interpretaciones, donde hay factores subjetivos como en todo proceso interpretativo. Y eso implica, claramente, tomar parte, involucrarse.

  3. Estoy de acuerdo con lo que dice Fabricio, pero tampoco hay que olvidar el mensaje del artista o del productor, eso que quiere comunicar. Pero tampoco, y como dice David Casacuberta, no tenemos que estar súper pendientes siempre de «encontrar» ese mensaje no solamente a nivel de denuncia sino tambien eso de «en esta letra Charly o El flaco quisieron decir…» Se pìerde el disfrute de la obra ¿No?

  4. Es muy interesante el trabajo que hace el IN3 de la Universidad de Catalunya, que tiene un Programa de Estudios literarios y tecnologías digitales «HERMENEIA» que trabaja en ejes

    * Hipertexto y estudios literarios.
    * Teoría de la literatura y literatura comparada en la red.
    * Las nuevas formas de producción y recepción en la red. La e-literatura.

    Tienen vsrios documentos publicados en linea que son muy buenos. Por ahi a alguien le sirve el dato.

    http://in3.uoc.edu

  5. Me parece muy interesante el articulo del profesor Capurro. Sobre la cuestion de la redefinición del concepto de «fusión de horizontes» esta idea de entrelazamiento, entramado, red, me parece válida porque (por lo que conozco del tema) se refiere a un proceso de negociación cultural y como todo proceso o institución cultural existen comportamientos esperados o canónicos (Bruner) y se apoya en el lenguaje, lo cual implica una toma de posición y toda una narratividad que está subyacente.

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